Resumen: |
La población infantil desplazada a Bucaramanga y su área metropolitana tuvo desnutrición aguda, crónica y global en lo corrido de 1991 a 2007. Su situación, como víctimas del conflicto interno armado, estuvo relacionada con diversas formas de vulnerabilidad social, económica, moral y psicosocial; además de ello, distintas formas de violación de los derechos fundamentales del menor, establecidos, tanto en el plano internacional como en el nacional, persistieron y fueron agravantes más de la problemática. Igualmente, con el desplazamiento forzado y la ineficacia de las políticas y medidas gubernamentales, las familias de estos menores experimentaron un proceso de pauperización, que aún, en el año 2007 no se había resuelto. De acuerdo a esto, bien se puede decir que el hambre y la pobreza de las víctimas desplazadas y desnutridas fueron un fruto más del conflicto interno armado, el paramilitarismo, la corrupción y la cultura de violencia que se materializó en la exclusión e indiferencia con esta población. Los menores de edad de las familias desplazadas a esta capital, además, de experimentar los efectos del conflicto armado, esto es, verse convertidos en desplazados por la fuerza, padecieron terribles problemas de pauperización. La miseria en la que fueron vistas estas familias se materializó en los índices de desnutrición registrados por los estudios de las entidades de salud municipales y departamentales. Miles de niños y niñas colombianos han llevado una vida de penurias irresuelta.
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